Situado en Puente Jardín, en los extrarradios de la capital vallisoletana, este quiosco se inauguró allá por los últimos años de los noventa. Desde hace unos años, sin embargo, y tras unos de florecimiento en el que no tenía competencia, cerró sus puertas al abrirse muy cerca de él otro quiosco con nuevas ideas, como la convocatoria de un día en el que se incitaba a los jóvenes del barrio a reunirse en su puerta para intercambiar cromos, iniciativa que tuvo un relativo éxito, aunque no se mantuvo mucho tiempo por motivos que desconozco. Esperemos que, si la nueva crisis que nos acecha no vuelve a hacer estragos en nuestra economía, el kiosco vuelva a renacer, si es posible con algún tebeo en sus vitrinas, ya que Puente Jardín está provisto que aumente su población en gran número, lo que supondría un aumento potencial de clientes muy grande.
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