Proseguimos con los quioscos situados en las aceras del Paseo Zorrilla, aunque en este caso, pese a su privilegiada situación, es uno de los quioscos que ha tenido que echar el cierre ya hace tiempo. La crisis, una vez más, no ha perdonado. Queda aquí constancia de su existencia antes de que lo hagan desaparecer del paisaje urbano, como está sucediendo con las antiguas cabinas telefónicas, tal como pronto tambie´n acontecerá con ésta que vemos adosada al quiosco.
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