Hace ya bastantes años que el antiguo quiosco de la estación de trenes fue sustituido por este otro, ya en el interior de las dependencias ferroviarias. El anterior se encontraba en el mismo andén. A él me acercaba habitualmente para adquirir alguna que otra novedad; incluso alguna que no llegaba a distribuirse en Valladolid, pero que en ese quiosco, por motivos que desconozco, sí que se encontraba. El actual, ya se ve, es una especie de pecera acristalada con un aspecto muy alejado del antiguo, que tenía la solera que sólo los años otorgan.
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