Con el surgimiento del interés de algunos autores por la literatura y la cultura de masas a finales de los sesenta, en nuestro país se produjo un movimiento crítico de pensadores enclavados en la izquierda marxista que consideraba que éstas no dejaban de ser más que una degradación de una pretendida cultura superior, no cumpliendo una función redentora de las masas, alienadas culturalmente. El trabajo incluido en este libro iría por estos derroteros, de manera que, para su autor, José María Díez Borque, "La cultura de masas es esencialmente la cultura del ocio. Se desarrolla en el período no dedicado al trabajo. Trabajo y cultura quedan separadas por una barrera infranqueable y sucede esto porque los trabajadores del sector más bajo tienen normalmente un trabajo alienante y ajeno a sus aspiraciones personales, de forma que todo se ordena en su vida en torno a dos polos trabajo/no trabajo. El segundo polo será el momento uniforme de una cultura homogeneizada. Por ello la solución no está en disminuir las horas de trabajo y aumentar las de ocio (esto al fin sería aumentar el espacio de la manipulación) sino cambiar las condiciones de trabajo, en el sentido de que no sea sólo el no trabajo el momento de las satisfacciones y de las manifestaciones expansivas de la persona. Este es el viejo problema y su solución el perpetuo ideal marxista".
Entre otros apartados, el libro recogía el estudio de las novelas de Corín Tellado y Marcial Lafuente Estefanía, como prototípicas de este tipo de literaturas de consumo. La edición fue realizada por Al-Borak Ediciones y contó con una beca de la Fundación Juan March.
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